Un nuevo santo y su obra

Un nuevo santo y su obra.

Este 23 de octubre el Papa Benedicto XVI canonizará al Padre Alberto Hurtado, la misa se celebrará en la Plaza de San Pedro a las 9:30 de la mañana en Roma (4:30 de la mañana en Chile). Se espera la asistencia de más de cinco mil peregrinos chilenos.
Durante la noche del sábado 22 de octubre se realizarán vigilias en todo Chile, en preparación para la ceremonia, la cual podrá ser seguida durante la madrugada del domingo 23 de octubre.
Junto al Padre Hurtado, ese día serán canonizados los beatos José Bilczewski y Segismundo Gorazdowski (ucranianos) y Cayetano Catanoso y Félix de Nicosia (italianos).
El beato Alberto Hurtado fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 16 de octubre de 1994 y en abril del 2004 la Congregación para la Causa de los Santos dio inicio a su proceso de canonización.
El Padre Alberto Hurtado será el segundo santo para Chile, la primera fue Sor Teresa de los Andes. Esta noticia es tomada por alegría por el mundo católico del país.
Para que una persona se convierta en Santo, se debe realizar una profunda investigación acerca de su vida, su obra, y los milagros que haya realizado. Estos son sometidos a una rigurosa comisión investigadora, y las diligencias pueden durar bastante tiempo, si es que los participantes no están de acuerdo en su santidad.
El Padre Alberto Hurtado es un ejemplo de solidaridad, creó el Hogar de Cristo, para dar acogida a los más necesitados, y de ésta forma estar más cerca de Cristo y de su obra.
El Hogar de Cristo ha seguido funcionando a lo largo de estos años, administrado por personas que creen en la obra de este futuro Santo, y se ha logrado mantener el espíritu inicial de esta gran obra.
Los horizontes se han abierto y el centro solidario ha abierto sus puertas a muchas personas, ya no solo indigentes, sino también niños en riesgo oscila y adictos a las drogas con ganas de rehabilitarse.
Una parte importante de la función que cumple el Hogar de Cristo, es la de los voluntarios, quienes hacen su obra sin buscar nada a cambio, sólo el hecho de ayudar al prójimo.